La digitalización de la asistencia sanitaria está empezando a dar sus primeros pasos. Por consiguiente, es probable que los inversores puedan beneficiarse de las oportunidades que ofrece este sector durante un largo período de tiempo. Un factor clave para ello es un aumento de eficiencia que dé lugar al ahorro de costes necesario con tanta urgencia. Además, la experiencia hasta la fecha ha revelado que las empresas en el ámbito de las tecnologías sanitarias presentan un potencial de crecimiento superior a la media.
Se trata, generalmente, de empresas más pequeñas dirigidas como iniciativas empresariales que operan cerca del mercado.
No obstante, las tecnologías disruptivas y los cambios repentinos también albergan riesgos, aunque por lo general estos pueden amortiguarse mediante la adecuada diversificación. Los inversores deben asegurarse de que la empresa posee más de un producto y, por lo tanto, puede beneficiarse del potencial de una plataforma tecnológica. En definitiva, los inversores también deben buscar la diversificación dentro del mercado de la atención sanitaria distribuyendo las inversiones en varios segmentos como el diagnóstico, el tratamiento, el trasplante o la investigación.
El pronóstico para las inversiones rentables a largo plazo en empresas del sector sanitario que aprovechan la IA y los macrodatos es muy favorable. No obstante, también es posible que los desarrollos y las valoraciones se encaminen en la dirección opuesta. Esto, obviamente, también es aplicable a los grandes actores del sector farmacéutico. Es posible, por tanto, que las grandes corporaciones firmemente afianzadas y conservadoras se vean superadas por estas nuevas tecnologías y que las empresas más ágiles y especializadas sean las que conquisten el futuro. Estas deben ser identificadas lo antes posible por los inversores para vigilar de cerca su evolución.