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Las habilidades humanas que serán necesarias para colaborar con los robots

En la industria manufacturera, los trabajos de inspección y reparación siguen siendo en gran medida actividades humanas. Los trabajadores que las realizan suelen tener un alto grado de especialización, pues se les exige que tomen decisiones complejas en escenarios operativos cruciales. Pero además, trabajan en condiciones difíciles.

10 de diciembre de 2021

Prof. Anna Valente

Profesora de robótica industrial, Head of Automation, Robots and Machine ARM Lab SUPSI-DTI-ISTePS

Por consiguiente, tienen pocas posibilidades de demostrar su destreza y de ampliar sus límites físicos y cognitivos. Ello puede afectar a su percepción de lo que es 'adecuado' o 'inadecuado' en ese entorno.

Tanto las valoraciones cognitivas como las reacciones emocionales del ser humano son esenciales para entender lo que se considera un buen encaje entre el individuo y su ecosistema de trabajo (físico y psicosocial). Además, los empleados necesitan recursos para desempeñar eficazmente su trabajo y, al mismo tiempo, salvaguardar su salud y bienestar.

Sin embargo, ello no es suficiente.

En el mundo del mantenimiento, la reparación y la revisión (MRR) mueren cada año unos 3500 operarios expertos y se producen 3,3 millones de lesiones no mortales.

Ello no se debe ni a las malas medidas de seguridad ni al comportamiento humano, sino a la dureza del entorno y a los imprevistos que se producen.Entre ellos están los fallos imprevisibles y el mal funcionamiento del equipo de procesamiento utilizado, lo que aumenta considerablemente el nivel de riesgo al que están expuestos esos trabajadores cualificados. La probabilidad de sufrir lesiones no se produce solo durante el mantenimiento de infraestructuras anticuadas. El creciente número de grandes plantas nuevas contribuye al aumento de posibles situaciones críticas. Este factor ha hecho que los trabajadores estén más expuestos al riesgo de sufrir lesiones o incluso de morir.

 

La visión más amplia

Entre los principales atributos que caracterizan a todo inversor de éxito está la capacidad de captar todos los factores determinantes y de combinarlos como en un puzle para ver el cuadro completo. Ese cuadro nos muestra todo el espectro de inversiones y crea la transparencia necesaria para hacer más fáciles las decisiones de inversión.

El MRR sigue dependiendo principalmente de la mano de obra humana

La razón de ello es sencilla. Ninguna otra alternativa ha sido capaz de ofrecer el mismo nivel de habilidad avanzada para comprender de forma estratégica y adaptarse de manera cognitiva a este complejo ecosistema en el que estos trabajadores realizan su actividad. Hasta ahora, nada puede funcionar o adaptarse tan rápido como un ser humano.

Por lo tanto, la misión de un típico científico de la robótica debería ser la de reducir de forma decisiva los riesgos a los que se enfrentan los operadores humanos dentro de la cadena de valor del MRR. Para ello, pueden intentar integrar robots colaborativos en la ecuación de la cadena de valor.

Creo que Europa debería dar un ejemplo disruptivo para que todo el mundo lo siga abrazando estas nuevas prácticas laborales que se sirven de la tecnología para preservar la salud pública.

Si se logra dar este gran salto técnico y científico, podríamos ver la utilización masiva de robots colaborativos en multitud de aplicaciones, desde la agricultura hasta la generación de energía.

La próxima generación de robots colaborativos que probablemente veamos estará equipada con habilidades físicas y cognitivas. Para que estos robots puedan llegar a implantarse de manera eficaz en los sitios en los que se llevan a cabo los trabajos de mantenimiento, es fundamental comprender rápidamente las prácticas laborales y las limitaciones operativas. Estos robots tendrán que captar los objetivos y, al mismo tiempo, transformar lo menos posible la forma de trabajar de los operarios humanos.

Para que tenga exito la colaboración entre humanos y robots será necesario superar las principales barreras relacionadas con el manejo competente de los robots por parte de los humanos. Ante todo, no es razonable pedir a los trabajadores humanos que adquieran conocimientos de programación robótica o de intercambio automático de información a través de la codificación.

"La clave para establecer estas sinergias entre humanos y robots es la confianza."

En los próximos años será necesario situar el lenguaje natural en el centro de la comunicación entre humanos y robots para garantizar una adopción sin fisuras de los robots en la fabricación. El gran número de sensores que habrá que integrar en la próxima generación de plataformas robóticas podría, de hecho, permitir el procesamiento de voz, incluyendo las funciones de conversión de voz a texto y de texto a voz y el análisis del tono de voz.

Reforzar las capacidades de los humanos para aprovechar de forma integral las plataformas robóticas no es suficiente para garantizar que pueda crearse un fuerte vínculo. Para los robots, formar parte de un equipo les obliga a adaptar su comportamiento a cada usuario individual, es decir, a utilizar un comportamiento similar al ser humano para crear un vínculo.

Al inicio, ello dependerá operativamente de en creación de una sensibilización robótica a través de un sistema de atención multimodal que incluya la captación de interpretaciones de voz, rostro y marcha, junto con parámetros fisiológicos más específicos. La sensibilización de los robots colaborativos debería evolucionar hacia la concienciación y mejora de las habilidades de comportamiento al activar de forma autónoma la capacidad de afinar las motivaciones y prioridades a lo largo del tiempo. Ello permitiría establecer un sentido de empatía sin precedentes con los seres humanos y la capacidad de tomar el control en cualquier momento de dificultad tangible o factor de estrés.

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La clave para establecer estas sinergias entre humanos y robots es la confianza, lo cual es extremadamente difícil lograr. Sin embargo, con el tiempo, los robots y los humanos establecerán relaciones entre sí.

Creo que ésta debería ser la mayor prioridad de los robots empáticos colaborativos, junto con la atención a los humanos.

La atención prestada no debe ser sólo física, sino también emocional. En el centro de este nuevo ecosistema robótico deberían estar las personas. Si se consigue, el apoyo que ofrecen los robots podría ayudar a mejorar la confianza en sí mismos de cientos de miles de trabajadores humanos que se enfrentan a diario a condiciones de trabajo estresantes.

"Y lo que es más importante, ello proporcionará un alivio a estos trabajadores eliminando algunos de los riesgos a los que se enfrentan al estar expuestos a situaciones peligrosas. Por lo tanto, las capacidades adicionales de estos robots no deben desafiar o asustar a los trabajadores humanos, sino que deben verse como un medio de apoyo para mejorar su trabajo."

Además, las intervenciones tecnológicas que pueden apoyar el uso de futuros robots colaborativos mejorarán de forma significativa y ayudarán a optimizar la calidad del trabajo que realizan los trabajadores. Ello crearía una cultura laboral en la que los robots son aceptados como compañeros de trabajo.

Al inspirarse en las ciencias sociales y del comportamiento y combinarlas con la mecatrónica y la informática avanzada surgirán nuevas ramas de investigación transdisciplinar que apoyarán a la próxima generación de científicos de la robótica en el desarrollo de robots colaborativos y empáticos.

Con el tiempo, estos robots madurarán hasta convertirse en seres emocionalmente inteligentes e interactivos, lo que permitirá aumentar de forma espectacular tanto la productividad de la fabricación como la satisfacción de los trabajadores.

Anna Valente

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