Los mercados emergentes están ganando cada vez más peso en el panorama mundial. Por ejemplo, las economías emergentes actualmente representan más de la mitad de la producción económica mundial1. En comparación con los países desarrollados, las naciones emergentes están registrando un crecimiento sustancialmente más robusto, mientras que sus ratios de deuda bruta como proporción del PIB –a una media del 53%– son considerablemente inferiores a las de sus homólogos del mundo desarrollado, que se sitúan alrededor del 103%. Esta tendencia positiva en el frente macroeconómico parece destinada a durar, creando un entorno favorable para los bonos corporativos en estos países. Esto debería seguir generando oportunidades interesantes para los inversores.
Continúa la tendencia positiva de las calificaciones
En retrospectiva, es evidente que los mercados emergentes han mostrado una tendencia positiva en las calificaciones dentro del contexto mundial. Si bien los factores macroeconómicos positivos han ayudado en este sentido, también lo ha hecho la voluntad general de aplicar reformas. Los mercados emergentes ya han pasado por varios ciclos económicos y saben lo que significa superar una crisis. Numerosas economías emergentes han implementado reformas clave para fortalecer sus sistemas y es probable que continúen haciéndolo. En consecuencia, la tendencia positiva de las calificaciones debería mantenerse intacta en el futuro.
Énfasis en bonos corporativos denominados en divisas fuertes
Los factores fundamentales descritos anteriormente constituyen la base esencial de los bonos corporativos de los respectivos países. Las mejoras en la calificación a nivel de país también favorecen a las empresas con fundamentales sólidos relevantes desde el punto de vista estratégico y tienen fuertes vínculos estrechos con el estado. Debido a la metodología que utilizan las agencias de calificación y al límite máximo del país, por lo general no se puede conceder a los bonos corporativos una calificación superior a la del respectivo bono soberano. Sin embargo, en el caso de empresas con actividades a nivel mundial o de grandes empresas con fundamentales muy sólidos, las agencias de calificación crediticia ejercen un cierto grado de discrecionalidad y pueden otorgar a la empresa en cuestión una calificación más alta –hasta cierto punto– que la del país respectivo. Este dato en sí mismo es especialmente probable que despierte el interés de los inversores. Si ciertas empresas estuvieran ubicadas en un país desarrollado con una calificación crediticia más alta que la de su propio mercado emergente, recibirían una calificación proporcionalmente mejor. En consecuencia, los inversores pueden beneficiarse de los mayores diferenciales de los bonos de las empresas de mercados emergentes con fundamentales sólidos. De hecho, la demanda se ha recuperado en los últimos años, mientras que por el lado de la oferta el mercado ha registrado un fuerte crecimiento y la diversificación en el número de emisores, sectores y vencimientos ha aumentado constantemente. En el pasado, muchas empresas de mercados emergentes refinanciaron sus préstamos bancarios en el mercado internacional de capitales y desde entonces han estado activas en el mercado primario. El mercado de bonos corporativos denominados en divisas de países emergentes es ahora mayor que el de los emisores de alto rendimiento europeos o estadounidenses. Si incluimos los bonos de deuda pública denominados en divisas fuertes de mercados emergentes, así como la deuda corporativa, el volumen asciende a la mitad del mercado estadounidense con grado de inversión y de hecho supera al universo europeo con grado de inversión.