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Bonos corporativos de corta duración para gestionar los riesgos de la cartera

Los bonos de crédito de corta duración reducen la sensibilidad de la cartera a los cambios de los tipos de interés y a los movimientos de los diferenciales de crédito.

8 de noviembre de 2022

Ha sido un año difícil para los bonos. El Bloomberg Global Aggregate Total Return Index cayó por debajo del 20% desde su máximo anterior, obteniendo la peor rentabilidad en lo que va de año desde su creación.

Sin embargo, hay un problema. Esta forma de fijarse en los bonos es incorrecta. Creemos que los bonos nunca deberían agruparse y considerarse en conjunto como una única clase de activos. Un titular así no tiene sentido para un inversor activo en bonos. 

Esto se debe a que la renta fija es muy amplia. Hay muchos tipos diferentes de bonos y cada uno está expuesto a diferentes riesgos con diversos niveles de concentración. Esto convierte a la renta fija en algo increíblemente útil a la hora de gestionar el riesgo.

Si los bonos se utilizan correctamente, pueden servir para gestionar el riesgo de la cartera con extrema precisión en prácticamente cualquier entorno de inversión. Esto es cierto incluso ahora, en las condiciones actuales. Un buen ejemplo son los bonos corporativos de corta duración. Para entender por qué, hablemos de la inflación.

La inflación aumenta los riesgos para las inversiones en renta fija

Este es un tema que domina los titulares sobre inversión a nivel mundial. Muchos de los países incluidos en el Bloomberg Global Aggregate Bond Index están experimentando sus mayores niveles de inflación desde hace casi cuatro décadas. Como consecuencia, los bancos centrales iniciaron subidas de tipos de interés en un intento de controlar la creciente inflación.

En la renta fija, los cambios en los tipos de interés se consideran un riesgo que, entre otros factores, se refleja en un concepto denominado duración. La duración expresa el tiempo en años que tarda un inversor en recuperar el precio de un bono utilizando los flujos de caja totales de ese bono. La duración también refleja la sensibilidad del precio de un bono a un cambio en los tipos de interés. Por lo tanto, creemos que la solución es invertir en bonos que ofrezcan un nivel de duración más bajo y que, por consiguiente, sean menos sensibles a los tipos de interés.

Esto nos lleva a los bonos de corta duración y al gran número de atractivas características que ofrecen.

Los bonos corporativos de corta duración son una gran solución

Los inversores en bonos se enfrentan a numerosos retos en el entorno de inversión actual, además de la inflación. Los mercados, en general, han estado marcados por la volatilidad. Por suerte, los bonos corporativos de corta duración de emisores con grado de inversión reducen la sensibilidad de la cartera a los cambios en los tipos de interés y a los movimientos de los diferenciales de crédito.

Este tipo de bonos también ofrece una menor exposición al riesgo crediticio en comparación con otros valores de corta duración, como los bonos de alto rendimiento. También ofrecen una mejor calidad crediticia a los tenedores de bonos, lo que significa que están expuestos a un menor riesgo de impago y de liquidez.

Si los inversores se centran en la selección de valores entre los emisores con grado de inversión, pueden gestionar muy bien su exposición al riesgo de impago y mantenerlo al mínimo. Mientras tanto, pueden utilizar los flujos de caja regulares de esos bonos cercanos al vencimiento para conseguir costes de transacción más bajos, mayores tasas de reinversión (en un entorno de rendimiento creciente) y ayudar a evitar un escenario de venta forzada. En general, una estrategia de bonos corporativos de corta duración puede ayudar al inversor a mejorar su perfil de liquidez.

Estos bonos también tienen otras ventajas. Junto con sus ingresos predecibles, pueden ofrecer potencialmente a los inversores una mayor rentabilidad que la que obtendrían con un fondo del mercado monetario, al ofrecer un rendimiento más atractivo.

Los bonos de corta duración se benefician del aplanamiento de la curva de rendimiento

En muchos países de Europa y Norteamérica, la curva de rendimiento también se está aplanando, lo que beneficia a los bonos de corta duración. Para entender por qué, primero hay que comprender qué es una curva de rendimiento y por qué los inversores en bonos se fijan en ella.

La curva de rendimiento es una línea que traza los rendimientos de bonos de calidad crediticia similar que tienen diferentes fechas de vencimiento. Suele tener una pendiente ascendente: cuanto mayor sea el vencimiento, mayor es el rendimiento ofrecido por estar más expuesto a la inflación y a los riesgos de impago.

Sin embargo, no siempre es el caso. La curva de rendimiento también puede aplanarse o incluso invertirse si los inversores están preocupados por la desaceleración de la economía. Ahora mismo, las curvas de rendimiento se están aplanando porque los bancos centrales están subiendo los tipos de interés y el mercado está valorando el riesgo de recesión. Por lo tanto, en muchos países, los bonos corporativos con vencimientos cortos de 1 a 3 años tienen actualmente un rendimiento ligeramente inferior al del mercado en general, que incluye bonos de todos los vencimientos.

A día de hoy, el Bloomberg Global Aggregate Credit Index ofrece solo 44 puntos básicos más de interés que el segmento de los bonos corporativos globales de 1 a 3 años. Durante la última década, la rentabilidad media de la inversión se situó por encima del 1%. Esto significa que ya no hay recompensa por mantener bonos en el extremo largo de la curva de rendimiento y por estar expuestos a una mayor sensibilidad a los tipos de interés y a la volatilidad. 

 

Evolución histórica de la tasa de descenso de los bonos corporativos globales a corto plazo frente al mercado mundial en porcentaje

Los bonos de crédito de corta duración ayudan a afrontar los retos del entorno de inversión actual.

Riesgos generales

  • Pérdida potencial: los inversores pueden perder una parte o la totalidad del importe invertido.
  • Riesgo de mercado: las condiciones del mercado pueden desencadenar fluctuaciones en las rentabilidades totales.
  • Riesgo de liquidez: algunas inversiones podrían entrañar un riesgo de liquidez.
  • Riesgo cambiario: el valor total de una inversión dada puede verse afectado negativamente por fluctuaciones en los tipos de cambio. 

No se quede corto en la duración corta

Este es un momento en el que los inversores no deberían quedarse cortos en bonos de corta duración de emisores con grado de inversión. Estos bonos ofrecen una menor sensibilidad a la subida de los tipos de interés y también un aumento del rendimiento con respecto a los fondos del mercado monetario. Además, están menos expuestos al riesgo de impago y de liquidez que los bonos de alto rendimiento y de duración media o larga.

No es posible invertir en un índice. Las rentabilidades del índice mostradas no representan los resultados de la cotización real de activos/títulos invertibles. Los inversores que persigan una estrategia similar a la de un índice podrían obtener rendimientos superiores o inferiores y soportarán el coste de comisiones y gastos que reducirán las rentabilidades.

Los datos de rendimientos y escenarios de los mercados financieros pasados no son indicadores fiables de rendimientos actuales o futuros.

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