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Virus, volatilidad y valor

La respuesta extremadamente rápida de los gobiernos a la crisis del coronavirus ha evitado una oleada de quiebras. Si el confinamiento no dura demasiado tiempo y el apoyo de la política monetaria y fiscal durante ese tiempo es suficiente para evitar una oleada de quiebras, la economía puede recuperarse con bastante rapidez y fuerza. No obstante, la pandemia marcará un punto de inflexión en nuestra forma de vivir y pensar.

2 de julio de 2020

Entrevista a Michael Strobaek

Global Chief Investment Officer de Credit Suisse AG

¿Qué desarrollos o reacciones en las bolsas de valores le han sorprendido más tras el brote de la pandemia de coronavirus?

Lo más sorprendente fue la rapidez con la que se derrumbó el mercado. En el caso del S&P 500, por ejemplo, fue la corrección más rápida jamás registrada, no digo la más fuerte, pero sí la más rápida. Apenas hubo tiempo para reaccionar. Lo que también sorprendió fue la celeridad con la que los gobiernos lograron aprobar los paquetes de ayuda. Y los gobiernos supieron reaccionar con rapidez porque han comprendido perfectamente el mecanismo de la crisis. El confinamiento significa que las empresas y los hogares pierden ingresos porque están cerrados los negocios y las fábricas. Sus gastos, sin embargo, continúan, por lo entran bastante rápido en dificultades de liquidez. Los gobiernos han proporcionado rápidamente liquidez, lo que es una buena señal. Creo que esta celeridad también es una lección aprendida de la crisis financiera de 2008.

Se espera que la economía global se contraiga de forma significativa en 2020. ¿Cuáles son los requisitos más importantes para evitar una crisis económica prolongada?

Para este año pronosticamos una contracción del 3,6% del PIB global. La principal razón es un desplome masivo en el segundo trimestre que arrastra hacia abajo el crecimiento medio de todo el año, incluso si observamos una recuperación significativa en el tercer y cuarto trimestre. Consideramos que las medidas de política fiscal y monetaria anunciadas hasta la fecha son suficientes para evitar una depresión económica. Ahora que se está levantando el confinamiento creemos que el crecimiento volverá de forma relativamente rápida. Esto requiere, naturalmente, que se pueda contener la propagación del virus y que se consiga controlar una segunda ola de infección. Un segundo requisito es que las medidas de apoyo sean suficientes para evitar un número masivo de quiebras. Si las empresas sobreviven al confinamiento pueden reabrir los negocios y las fábricas y la actividad económica puede ir normalizándose. Sin embargo, si las empresas quiebran durante la crisis, entonces no habrá vuelta a la normalidad y podríamos experimentar una crisis económica prolongada. El crecimiento, por el momento, se ha detenido, pero con el mix de medidas adecuado el daño no tiene por qué ser duradero.

Cree que las empresas reorganizarán sus cadenas de suministro tras la crisis del coronavirus para hacerlas más resilientes a las crisis, aunque los costes relacionados graven sus beneficios y el precio de sus acciones?

Sí, lo creo. Piense solo en la guerra comercial entre China y EE.UU. y en los aranceles impuestos el año pasado. Lo que hace ahora la pandemia es acelerar este proceso.

Los bancos centrales ya seguían una política monetaria extremadamente laxa antes de la crisis del coronavirus. Ahora están proveyendo liquidez adicional a la economía. ¿Cómo podría o debería ser una gradual «vuelta a la normalidad»?

Las inyecciones de liquidez son una medida temporal y se pueden abandonar tan pronto como se normalice la actividad económica. La situación es diferente en lo que respecta al nivel general de los tipos de interés y al volumen de los balances de los bancos centrales. Aquí hemos visto que incluso después de muchos años, los balances están tan inflados como siempre y que los bancos centrales, con excepción de la Reserva Federal, no han podido subir los tipos de interés. En nuestra opinión existen varios factores que hacen improbable la llamada normalización. El primero es la evolución demográfica, el envejecimiento de la población corre parejo con el retroceso de las tasas de crecimiento nominal y los tipos de interés de equilibrio. El segundo es la deuda. Con una deuda pública en aumento se necesitan bajos tipos de interés para mantener bajo control los costes del servicio de la deuda. Por lo tanto, prevemos que las medidas de emergencia se suspenderán de forma relativamente rápida una vez que haya terminado la fase aguda de la crisis. Sin embargo, esperamos que los tipos de interés se mantengan bajos durante un buen rato y que los balances de los bancos centrales no disminuyan de forma significativa.

"Los gobiernos han proporcionado rápidamente liquidez, lo que es una buena señal. Creo que esta celeridad también es una lección aprendida de la crisis financiera de 2008."

¿Cómo ha cambiado la Global CIO Office la recopilación y el procesamiento de información desde el brote de la pandemia de coronavirus?

En mi opinión, nuestros procesos han estado a la altura de los retos desde el comienzo de la pandemia. La diversificación de nuestra organización global nos ha permitido trabajar de forma muy rápida y cuidadosa. Ello nos beneficia en esta crisis.

En cada crisis también hay ganadores. ¿Qué sectores y proveedores han salido ganando?

Entre los grandes ganadores de la actual crisis del coronavirus están las empresas digitales, o sea las empresas que permiten el intercambio de información, videoconferencias, streaming de vídeos, etc. También se benefician las tiendas online y similares. Además, hemos identificado una serie de valores que llamamos «acciones quédate en casa» y que en el entorno actual podrían experimentar una buena evolución. Esta categoría comprende, por ejemplo, acciones de los proveedores de juegos online. La tendencia general hacia la digitalización es uno de los temas de inversión a largo plazo especialmente convincentes que hemos identificado en nuestras supertendencias y que están cambiando el comportamiento humano y la forma en que funcionan las sociedades. Estos temas incluyen, entre otros, las infraestructuras, la sanidad, el cambio climático y la sostenibilidad. En nuestra opinión, la pandemia del coronavirus marcará un punto de inflexión en nuestra forma de vivir y pensar. Las supertendencias abordan algunos de los posibles cambios futuros.

¿No está ya reflejado el potencial de beneficios en estas acciones?

Estos sectores ya tienen, por supuesto, unas valoraciones más altas que el mercado conjunto,, pero consideramos que este tipo de prima está justificado. Al fin y al cabo, se trata de sectores con tasas de crecimiento de dos dígitos. Creemos que estos sectores seguirán mostrando una dinámica superior a la media en el futuro y, por lo tanto, podrán continuar superando al mercado.

¿Cómo valora las perspectivas del sector inmobiliario en Suiza y en otros mercados?

Creemos que las perspectivas del sector inmobiliario son generalmente positivas, pues ofrecen una rentabilidad, que es algo que en el entorno actual de bajos tipos de interés resulta cada vez más difícil de encontrar. Algunas áreas como los inmuebles destinados a establecimientos de venta minorista enfrentan desafíos debido a la tendencia a la digitalización, pero en conjunto seguimos esperando rentabilidades generales positivas en el sector inmobiliario.

Los seis principios de inversión

Después de la crisis del precio del petróleo, ¿es ahora el momento de ponderar más las materias primas? ¿Cuáles son las principales señales de compra?

De hecho, estamos sobreponderados en materias primas. Los precios están actualmente hundidos, sobre todo en el mercado del petróleo. La guerra de precios abierta entre la OPEP y Rusia en medio de la crisis del coronavirus ha provocado una fuerte corrección en los mercados del crudo. Después de las drásticas restricciones a los viajes y el transporte, la demanda de petróleo se ha colapsado. Al mismo tiempo hay una abundante oferta debido a que los mayores productores están luchando por cuotas de mercado. El acuerdo adoptado entre la OPEP y Rusia para recortar la producción de petróleo es un primer paso en la buena dirección. Además, la caída del tipo de interés real durante la crisis beneficia al oro y otros metales preciosos. Creemos que los precios de las materias primas y del petróleo pueden subir desde los niveles actuales.

A los inversores que pueden evitar los tipos de interés negativos les gusta predicar lo de «Cash is King». ¿Qué les contestaría?

La liquidez es quizá la primera opción durante una crisis de liquidez. Pero como estrategia de inversión a largo plazo no ayuda a los inversores a alcanzar sus objetivos financieros. En la mayoría de las principales divisas, los intereses que genera la liquidez son cercanos a cero o negativos.

La corrección en los mercados de acciones se ha producido en oleadas. ¿La recuperación también llegará en oleadas?

Pues creo que sí. Es poco probable que la recuperación económica se desarrolle de manera uniforme, ya que la naturaleza de esta crisis nos traerá datos económicos muy malos y a menudo poco fiables. Y se ha vuelto casi imposible predecir la evolución futura. Sin embargo, confío en que las medidas de apoyo anunciadas hasta ahora en todo el mundo evitarán una depresión económica. Tras la importante corrección hemos vuelto gradualmente a los mercados. A través de compras y posiciones moderadas hemos tomado una sobreponderación en acciones a finales de marzo y en bonos de empresas en abril. Lo importante es mantener una amplia diversificación, también a nivel de regiones y de horizontes temporales.

Déjenos terminar con la pregunta del millón de euros: ¿Cómo será la recuperación, en forma de V, U o incluso W?

Quizá se esté sobrevalorando la forma de la recuperación con la forma de la crisis. Si el confinamiento no dura demasiado tiempo y el apoyo de la política monetaria y fiscal durante ese tiempo es suficiente para evitar una oleada de quiebras de hogares y empresas, la economía puede recuperarse con bastante rapidez y fuerza. Por ejemplo, si tiene que cerrar su restaurante durante el confinamiento, la economía perderá esa actividad comercial mientras el restaurante permanezca cerrado. Sin embargo, en cuanto se empiece a levantar el confinamiento podrá reabrir su restaurante y ojalá volverá a recibir a tantos clientes como antes de la crisis. Algunas decisiones de consumo que se dejaron para más tarde durante el confinamiento se realizarán más adelante en el transcurso del año. Ello indica una recuperación en forma de V. El gran factor de incertidumbre en esta estimación es el tiempo. Un crecimiento económico débil durante un periodo prolongado podría causar daños estructurales. Cuanto más tiempo dure el confinamiento, tanto más apoyo necesitará la economía real para regresar de alguna forma a la normalidad y para finalmente recuperarse. Los gobiernos, sin embargo, parecen comprender la urgencia de la crisis, por lo que hoy por hoy las esperanzas están puestas en una recuperación del crecimiento global en el tercer trimestre.

Michael Strobaek

En el nuevo número de Scope

La revista ofrece una visión en profundidad de las actividades globales de Asset Management. Scope es sinónimo de tendencias, conocimientos y temas relacionados con la inversión.

Los puntos de vista y opiniones expresadas en este artículo son las propias del autor o autores y no representan los puntos de vista de Credit Suisse. Las suposiciones realizadas en el artículo no reflejan la posición de Credit Suisse y pueden ser contrarias a las de Credit Suisse.